Con este invierno tan lluvioso que tenemos, el Guadalquivir por segunda vez alcanza cotas no recordadas desde hace décadas. Es realmente impresionante ver el río cargado de tanta agua y bajando a tanta velocidad. Los caminos lindando con el Botánico y las terrazas bajas de Miraflores estan inundadas, varios árboles han sido arrancados, y toneladas de sedimentos se están
depositando por todas las orillas… Solo recordar que en otoño apenas
corría un hilillo de agua entre dos arcos del Pte. Romano, no más que
un humilde arroyo medio seco. Ayer, martes 23 de febrero, solo el apíce
de las estatuas sobresalia del río …



Y otra cosa, nunca hemos visto a tantos cordobeses pendientes del río. Apoyados en ls barandillas de los puentes observando la altura de sus aguas. En cuanto a los ruiseñores bastardos, se refugian donde pueden en las pocas hierbas que sobresalen del agua.