Este pantalón ha dado muchos trotes. Pasó de ser un pantalón de uso diario a pantalón de campo y con el tiempo ya no dio más de sí y empezó a hacerse agujeros. Lo retiré a un armario en espera de hacer algo con él.

Y por fin, un fin de semana, se me ocurrió hacer unas “sardinas mutantes” para guardar bolsas. Una con cada pierna del pantalón. Muy sencillas de hacer y muy resultonas, con esos ojos ¡¡ (Regalo genial para un par de amigos).

Seguía teniendo un buen trozo de pantalón, mi amiga me dio la clave: una falda. Con algunos toques de telas de color que a su vez sirvieron para enmascarar los agujeros y rozaduras, consiguieron alegrar el conjunto.

Así que ya sabes, si tienes un viejo pantalón, puedes sacarle mucho partido todavía. Además, los retales que tengas por casa también podrán tener una segunda vida en esa estupenda mini que podrás lucir como nueva. Anímate.