Entre los muchos bichos «raros» (=excéntricos) que pueblan la península ibérica, hay uno que destaca por su estilo digno de las pasarelas de moda masculina: hablamos del grillo de casco. Uno tiene que verlo para creerse que un insecto de hábito nocturno necesita arroparse con una visera para salir de paseo en búsqueda del alma gemela (resulta que estos grillos no estridulan y tienen que usar otras artimañas para atraer las hembras).

El caso es que recientemente se publico un artículo sobre el género Sciobia («los grillos de casco»), que cuenta con 4 especies en nuestro país. Además recientemente, me encontré con dos de ellas en las sierras de Segura y otro compañero con otra rara en Algeciras. Lo que permite aportar una iconografía «en vivo» de interés.

El espectacular macho de Sciobia lusitanica, la especie más común en la península ibérica. Un detalle de interés es la forma de la antena, algo sinuosa en su base, muy bien reflejada en la foto (Foto: J.R. Correas).
Una ninfa (parecida a la hembra adulta), bastante menos conspicua: la visera es muy corta y los elítros (o tegmina) breves (Foto: R. Obregón).

Se puede consultar la clave de identificación para ambos sexos en Barranco, P. & A. Aguirre (2013) Aportaciones al género Sciobia Burmeister, 1838 en la península Ibérica (Orthoptera, Gryllidae). Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa, 52: 165-172.

El macho de S. lusitanica se caracteriza por tener los elítros relativamente cortos (tanto como el pronoto = la segunda «parte» del insecto detrás de la cabeza, algo cuadrada en la foto) y sin nervación trasversal patente. Y de forma sorprendente, la cabeza esta provista de dos proyecciones (=dientes) laterales. [FOTO]. La visera es alargada y poco ancha. [FOTO].

Otra especie es la S. boscai, bastante rara (quizás una decena de especímenes en el Museo Nacional de Ciencias Naturales), cuya distribución parece centrarse alrededor del macizo prébético y centro de España, y muy próxima a S. lusitanica. Se diferencia por carecer de las proyecciones de la cabeza y tener una visera bastante ancha. La encontré de nuevo en la sierra de Las Villas (Jaén) en el mes de junio en un hábitat muy árido con abundante ganadería. Tres individuos escondidos bajo piedra.

Sciobia boscai, macho. La visera es muy ancha (Foto: R. Obregón)

La cabeza carece de proyección cefálica -aunque siempre es difícil apreciar la ausencia de un carácter en un espécimen…- (Foto: R. Obregón)
La hembra (Foto: R. Obregón)

Las otras dos especies se caracterizan por tener el macho una tegminas más largas y con nervación trasversal, más parecida a la de un grillo campestre (probablemente estridulan). Se localizan ambas en la provincia de Cádiz. También excesivamente raras. A través de un foro, conocimos el interesantísimo hallazgo de David Barros.
Sciobia calendrium es posiblemente la especie más espectacular con su gorro de amplias proporciones y color rojizo.

Sciobia calendrium, macho (Foto: David Barrios)

el mismo individuo, notar la forma de la antena, diferente de las dos especies anteriores
 

Queda por confirmar la presencia de la cuarta especie, Sciobia natalia, en la península ibérica (presente en Marruecos). Solo se conoce una captura de hace unos 100 años de una pareja depositada en el MNCN. La visera del macho es más corta y negra.

Que sirva esta entrada para que los numerosos naturalistas y ornitólogos  que viajan al Estrecho se fijen en grillos (¡hay que levantar piedras o dar un paseo nocturno!) y hagan sus correspondientes fotos.

Estamos a la espera de actualizar la entrada…
(Florent Prunier)