Vencejos, cogujadas, zarceros, mosquiteros, carriceros…. ¿qué tienen en común todos ellos? ¡Pues que son las pesadillas de nuestras guías de aves!

Las especies tratadas fueron elegidas atendiendo a su posibilidad de observación en medios naturales de interior y media montaña andaluza (como por ejemplo Sierra Morena). El objetivo que nos marcamos en este taller fue que los alumnos identificaran cuáles son estos grupos de aves “problemáticos” y las fechas y plumajes en los cuales se confunden, y que recibieran unas nociones de distinción entre las especies que componen cada uno de los mismos. Estas claves están basadas en experiencia de campo, charlas y comentarios con otros naturalistas y en bibliografía especializada, y están enfocadas para ser utilizadas junto a nuestra habitual guía de aves, a la que pretenden complementar, apoyar o (modestamente) matizar; se basan tanto en rasgos físicos de cada especie como en sus vocalizaciones, comportamiento, fenología o incluso en aspectos subjetivos que pueden ser efectivos (¿tenía o no cara de loca la paloma torcaz? jejeje).
A lo largo de la mañana fuimos exponiendo parejas y grupos de aves parecidas y de distinta dificultad de identificación, acompañando cada explicación y los datos que los alumnos recibieron en sus cuadernillos con numerosas imágenes en las cuales apreciar las claves o rasgos diagnósticos (y los que no lo son) y con ejercicios prácticos. Los asistentes, que rondaban la veintena (desde naturalistas expertos hasta personas que prácticamente estaba comenzando su andadura en el mundo de la ornitología), se mostraron muy activos en todo momento y por ello las intervenciones se sucedieron con regularidad, muestra de su interés (que agradecemos mucho!!).
La charla se alargó más de lo esperado (es que cuando me pongo….) y, habida cuenta de lo lejos que quedaba en nuestros estómagos el desayuno ecológico que degustamos a media mañana, a eso de las 15:15h dimos por finalizada la parte teórica para pasar a tomarnos unas cervecitas e irnos a comer nuestros bocatas a la sombra de los pinos del parque periurbano “La Sierrezuela”. Tras el receso nos dimos un paseíto por este interesante monte del pie de Sierra Morena, espléndido y primaveral con las cálidas temperaturas y con la floración de los jaguarzos. Aunque no tuvimos oportunidad de observar casi ninguna especie de las parejas y grupos de aves integrantes de nuestro taller, sí que disfrutamos mucho con la observación de culebreras, cigüeña negra, ratoneros, abejarucos o cernícalos y con las escuchas del explosivo canto del ruiseñor o de la risotada del pito real; las flores de varias especies de orquídeas pusieron un broche de lujo a la salida.

Rafa Romero