Nueva temporada buscando a los protagonistas más esquivos del humedal…

un encharcamiento que no parece gran cosa … pero lleno de branquiópodos.

El pasado 25 de enero, quedamos en la finca pública «Dehesa Atalaya», en Coria del Río, para visitar de mano de Juan Matutano una localidad con charcas por doquier… no, mucho mejor dicho que esto: el autentíco paraiso de las charcas temporales.

Si es que todavía no se conoce el número de charcas presentes en estos 460 ha de terreno (las más grandes, sí)… Se trata de muy pequeñas graveras excavadas para extraer arídos, hoy día bastante naturalizadas. El suelo duro e impermeable permite la formación de las charcas.

Por desespero de los asistentes, los Triops eran todavía muy pequeñitos. Pero ahi estan.

También impresiona la presencia de un acebuchal tan bien conservado en las afueras de Sevilla y bordando con Doñana.

El Ayto. conoce la importancia de esos humedales porque han vallado al ganado su acceso, por lo visto para preservar poblaciones del helecho Marsilea. No osbtante, no se sabe prácticamente nada de sus invertebrados acuáticos, y en particular de sus branquiópodos.

Pues el primer mangueo nos trajo varios individuos de Branchippus schafferi, y el segundo de Tanymastix stagnalis. Y al tercero, salieron pequeños individuos de Triops. Seguimos, recolectando ingentes cantidades de crustáceos, menos en una de las lagunas (curiosamente, la más profunda).

«Branquimakis» después del acción

Aunque fue una visita relampago, podemos ya concluir que este espacio tiene una importancia a nivel ibérico para la conservación de los Grandes Branquiópodos, por el importante número de masas de agua colonizadas por estos crustáceos… empieza bien la temporada. 

Agradecimiento al ayto de Coría del Río para dejarnos el paso.