Los
líquenes son fascinantes organismos formados por la simbiosis entre
un hongo, un alga o una cianobacteria y una levadura. Son capaces de
colonizar todos los hábitats de la Tierra, incluso en las extremas
condiciones de la tundra ártica y antártica y en el litoral rocoso.
Aunque en general son buenos bioindicadores de una atmósfera
limpia, algunas especies son tolerantes a ciertos niveles de
contaminación y a elevados niveles de nitrificación y por ello
pueden llegar a ser frecuentes e incluso abundantes en las ciudades,
tanto en las cortezas de algunos árboles como en variadas estructuras
antrópicas: muros, fachadas de edificios antiguos, esculturas,
empedrados, terrazas, losas sepulcrales, etc. Con la presente visita
se ha pretendido llamar la atención sobre su existencia y ofrecer una visión
general acerca de su diversidad en la ciudad de
Córdoba, dando a conocer algunas de las especies más comunes y abundantes.

Foto nº 1. Cartel anunciador de la salida botánica (autor: Rafa Tamajón).
Tras ser cancelada la ruta en la fecha originalmente anunciada (18-11-2018), se eligió la fecha del domingo 2 de diciembre teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas, que en esta ocasión eran muy favorables (Foto nº 1).

Foto nº 2. Muestras de líquenes y material gráfico y bibliográfico para apoyar la breve charla introductoria teórica (autor: Pepe Lozano).
La
salida, concebida como un minitaller, ha constado de dos partes, una
teórica y una práctica. Antes de iniciar la visita, nuestro guía
Rafael Tamajón, ofreció en las inmediaciones del punto de encuentro
una breve charla introductoria sobre los líquenes: concepto, estructura, tipología,
reproducción, hábitats y otras curiosidades. La explicación se
apoyó sobre material gráfico (láminas y libros) así como sobre
varios ejemplos de líquenes epífitos (aquellos que crecen sobre la
vegetación leñosa) que fueron mostrados a los asistentes (Foto nº 2). Entre los
líquenes que se mostraron estaban el líquen fruticuloso llamado
Evernia prunastri (que se usa en la industria de los
perfumes), ausente en la ciudad pero frecuente en la Sierra de
Córdoba -se mostró una ramita repleta de este líquen cogida en los
alrededores de Assuan, en “La Conejera”. Otras especies de
líquenes fruticulosos mostradas fueron un ejemplar del curioso
líquen conocido como “líquen del ojo dorado” (
Teloschistes
chrysophtalmus
) y otro del género Ramalina. Como ejemplos
de líquen foliáceo epífito muy común en el municipio, tanto en la
ciudad como en el campo, se mostraron varias ramitas cubiertas por
Xanthoria parietina. Esta especie precisamente fue la empleada
para explicar la estructura básica de un líquen. Entre otras
curiosidades, se mostraron dos pequeñas muestras de una especie de
líquen gelatinoso, que crece en el suelo o en zonas de muros con
recubrimiento terroso,
Collema tenax.

Tras
la charla teórica la salida o ruta botánica propiamente dicha contó con una serie de paradas en distintos puntos, con el objeto de
observar las principales especies de líquenes de la ciudad de
Córdoba, explicando las principales características que permiten su
identificación visual (no hemos entrado a usar reactivos químicos
en ningún caso). A su vez, se diferenciaron dos partes dentro de
esta ruta. La primera parte del recorrido estuvo dedicada a la observación de líquenes
epífitos (aquellos que crecen sobre la vegetación leñosa, en este
caso sobre los árboles) y la segunda se centró en los líquenes
saxícolas (que crecen sobre rocas, en este caso sobre estructuras
constructivas equivalentes, como es el caso de los ladrillos y el
mortero).

En
la primera parte dedicada a los líquenes epífitos se hicieron un
total de cinco paradas, una en los jardines adyacentes a la
Biblioteca Central y el resto en el Parque Madre Coraje, conocido
popularmente en el barrio como “Los Teletubbies”.

Foto nº 3. Tronco de Acacia de Constantinopla cubierto por los líquenes Lecanora pulicaris, con talo blanquecino,  y Xanthoria parietina, con talo anaranjado (autor: Pepe Lozano).
La
primera parada fue para observar los líquenes de la corteza lisa de
un ejemplar joven, que lleva poco tiempo plantado, de acacia de
Constantinopla (Albizia julibrissin). En especial  nos centramos en
llamar la atención sobre la abundancia de
Lecanora pulicaris,
un líquen epífito crustáceo de talo gris pálido que no es
muy frecuente en la ciudad de Córdoba, que crecía en
compañía de varias especies de líquenes foliáceos, principalmente
junto a
Xanthoria parietina (foto nº 4).



Foto nº 4. Xanthoria parietina, líquen foliáceo frecuente en troncos y ramas de árboles, con talo de color anaranjado y apotecios del mismo color.
La segunda parada se correspondió con una palmera canaria, en cuyo estípite (tronco) encontramos un líquen crustáceo de aspecto granuloso-farináceo, con talo de color verde-azulado pálido: Lepraria incana (Foto nº 5).



Foto nº 5. Leparia incana, líquen con talo de aspecto granuloso y color verde-azulado pálido, desarrollado sobre el estípite de una palmera canaria (autor: Pepe Lozano).
La
tercera parada era el tronco de un naranjo amargo (
Citrus
aurantium
), con la corteza extensamente cubierta por una
comunidad de un pequeño líquen foliáceo de talo gris-verdoso, con
la zona central sorediada (
Hyperphyscia adglutinata),
relativamente común en el arbolado urbano (Foto nº 6).

Foto nº 6. Comunidad formada por el líquen Hyperphyscia adglutinata sobre tronco de naranjo amargo (Citrus aurantium) (autor: Pepe Lozano).
La
cuarta parada fue para observar la comunidad de líquenes
desarrollada sobre la corteza rugosa del tronco de un cinamomo o
acederaque (
Melia azederach), la especie arbórea más
abundante en el parque visitado. Además de las especies de líquenes
foliáceos
Xanthoria parietina e Hyperphyscia adglutinata
pudimos observar algunas especies no vistas hasta el momento, como es
el caso de
Physcia aipolia (foto nº 7), líquen foliáceo de talo
grisáceo pálido con apotecios de disco gris oscuro, o de
Candelariella reflexa (foto nº 8), líquen crustáceo de talo verdoso con
soredios de color amarillo.


Foto nº 7. Varios ejemplares del líquen corticícola Physcia aipolia sobre corteza de cinamomo o paraíso (Melia azederach) (autor: Pepe Lozano).
Foto nº 8. Candelariella reflexa, líquen de talo de color verde amarillento sobre corteza de cinamomo o paraíso (Melia azederach) (autor: Pepe Lozano).
La
quinta y última parada para observar líquenes epífitos en el
parque fue en el tronco de uno de los almeces existentes en una
alineación periférica al borde del parque, ya fuera de la valla,
lindando con un aparcamiento. Sobre este árbol de corteza lisa
pudimos observar una densa comunidad de líquenes dominada por las
especies antes comentadas,
P. aipolia y X. parietina,
con importante presencia también de
H. adglutinata (Foto nº 9).

Foto nº 9. Comunidad de líquenes desarrollada sobre la corteza lisa de un almez (Celtis australis), dominada por Physcia aipolia, con presencia también de Xanthoria parietina e Hyperphyscia adglutinata (autor: Pepe Lozano).

Como
se ha comentado al principio, la segunda parte de la visita se centró
en las especies de líquenes de diversas construcciones, como es el
caso de los muros. Esta segunda parte se inició con una parada en la que estuvimos un buen rato
intentando reconocer las distintas especies de líquenes saxícolas
presentes en el enlucido o mortero de una pequeña porción de muro
del Colegio adyacente al parque (Foto nº 10).


Foto nº 10. Toma de contacto de los asistentes con los líquenes de los muros.

Entre
las especies de líquenes presentes en este enclave (Foto nº 11) se puso la atención en
la observación de las características diagnósticas de las siguientes:
Variospora
aurantia
(líquen crustáceo de talo amarillo-anaranjado con
bordes lobulados y apotecios anaranjados en la zona central),
Caloplaca teycholita (líquen crustáceo de talo blanco sucio
o gris pálido, con zona central granulosa -sorediada- y bordes con
lóbulos poco marcados; a veces presenta apotecios de color rojo
teja),
Verrucaria nigrescens (líquen crustáceo de talo
fisurado-areolado, de color marrón-negruzco, con peritecios negros
relativamente grandes),
Aspicilia contorta subsp. hoffmanniana (foto nº 12)(líquen crustáceo de talo areolado, de color gris pálido ocráceo,
con apotecios más o menos hundidos y de forma bastante angulosa) 
y Placidium squamulosum (foto nº 13) (líquen con talo
formado por escuámulas de color pardo -verdoso en estado hidratado-
y con minúsculos peritecios hundidos).

Foto nº 11. Comunidad de Caloplaca teycholita, Variospora aurantia y Verrucaria nigrescens en el enlucido del primer muro visitado.
Foto nº 12. Aspicilia contorta subsp. hoffmanniana, líquen crustáceo areolado sobre el enlucido del muro visitado en primer lugar.
Foto nº 13. Placidium squamulosum, líquen escuamuloso localizado en muros con algo de tierra.

Otras especies presentes pero poco extendidas en este muro son Rinodina sp., Flavoplaca citrina y Lecanora albescens (ver descripción más adelante).

La
última parada fue en el muro de ladrillo visto del antiguo Cuartel
de Lepanto (C/ Sagunto), adyacente al parque previamente visitado (Foto nº 14). El objetivo fue
para comprobar la gran variabilidad individual de la mayoría de las
especies antes comentadas, así como llamar la atención sobre la
presencia de algunas otras no observadas previamente, y otras con
presencia puntual en el primer muro y mucho más extendidas en este
segundo muro visitado.


Foto nº 14. Vista parcial del muro de ladrillo visto del antiguo Cuartel de Lepanto, con el grupo «en busca del líquen perdido».

En
este muro, además de V. aurantia (foto nº 15), C. teycholita (foto nº 16, V.
nigrescens
, P. squamulosum, A.
contorta
subsp. hoffmaniana, que ya han sido descritas,
pudimos observar entre otras, las siguientes especies que a
continuación se describen brevemente: 
Flavoplaca citrina (foto nº 17), líquen crustáceo nitrófilo de talo fisurado-areolado de color verdoso amarillento, extensamente sorediado -soredios de color amarillento-, con apotecios anaranjados de borde talino; varias especies sin determinar
del género
Rinodina -supuestamente- (foto nº 18), con talo fisurado-areolado de color gris
o blanquecino y apotecios de color negro o pardo; 
Lecanora albescens, con talo blanco y apotecios lecanorinos de color verdoso pálido y borde talino; una especie no identificada del género Verrucaria, con talo areolado granuloso, de color gris-ocráceo y peritecios pequeños y en número variable por areola.

Foto nº 15. Variospora aurantia (=Caloplaca aurantia) sobre muro de ladrillo visto del antiguo Cuartel de Lepanto (autor: Rafa Tamajón).
Foto nº 16. Flavoplaca citrina (=Caloplaca citrina) sobre muro de ladrillo visto del antiguo Cuartel de Lepanto (autor: Rafa Tamajón).
Foto nº 17. Dos talos del líquen crustáceo Caloplaca teycholita (=Pyrenedosmia teycholita) sobre muro de ladrillo visto del antiguo Cuartel de Lepanto (autor: Rafa Tamajón)

Foto nº 18. Líquen crustáceo de talo blanquecino (¿Rinodina sp.?) sobre muro de ladrillo visto del antiguo Cuartel de Lepanto (autor: Rafa Tamajón).



Además,
como especies nuevas, entre otras, en este muro encontramos las siguientes: 
Lecanora dispersa; una especie no identificada de Lecidella -se parece a las especies silicícolas L. carpathica y L. elaeochromoides– con talo areolado, grueso, más o menos verrucoso y apotecios negros grandes, de forma variable;  y una especie no
identificada, atribuida provisionalmente y con dudas al género
Micarea, con talo
granuloso de color gris-verdoso y numerosos cuerpos fructícferos de color negro, redondeados.