Con la primavera, el jardín lechuguero se revoluciona. No sólo tenemos fresas, higos, habas…también pueden aparecer algunas gratas sorpresas. Como esta curruca cabecinegra (cuyo nombre científico es Sylvia melanocephala) que se acomodó alegremente en un ficus de una Terraza Verde y que ha puesto tres pequeños huevos azulados.
Mientras tanto en otras huertas de azotea los mirlos deseosos de lombrices y los gorriones buscando el frescor, revuelven la superficie de las macetas buscando su “bonheur” y dejando por el suelo la señal de su paso.