Título: MI FAMILIA Y OTROS ANIMALES
Autor: Gerald Durrell
Año: 1956
Editorial: Alianza editorial
ISBN: 84-206-3335-6
¿Te ha gustado este libro? Sí, mucho, ¿qué destacarías?: Para mí, que vivo mirando al Cantábrico, la imagen del Mediterráneo será para siempre la que vi y olí en este libro de manos de un inglés.
Algunos consejos, cosas interesantes de este libro: Si tú ya tienes tú Mediterráneo no importa, te vas a reír y vas a disfrutar a poco que te vayan los bichos –incluyéndonos- y sus maneras.
Frase conclusión: Para haceros una idea del libro qué mejor que su prólogo, escrito por su hermano Larry, el del cuarteto de Alejandría:
El autor ha logrado el prodigio de reencarnarse en el naturalista de doce años que era entonces, describiendo con humor tan chispeante como cáustico los disparates y las peripecias de la familia DURRELL durante sus años de estancia en la más encantadora de las islas: Corfú. Pero si nuestra madre desempeña en el relato el papel de honor, es a mí a quien ha correspondido el más detestable: mi desprecio hacia la ciencia y la irritación con que acojo todos los esfuerzos del joven genio constituyen el lado sombrío del cuadro. ¿Era yo así de desagradable a los veinte años? Probablemente sí. (Era la época en que escribía The Black Book.) Pero, ¡con cuánta habilidad ha sabido el autor reconstruir la polaridad de sus sentimientos en aquella tierna edad suya! Podemos afirmar que ha enriquecido la literatura con el más raro presente: un libro verdaderamente cómico.
Una observación nos queda por hacer sobre la poesía de esta obra: su descripción de la isla de Corfú tal como era en aquella época es un modelo de agudeza en la observación y fidelidad en la composición. Para quien conozca Grecia, lo más notable es que el autor (a los doce años) la haya visto como realmente es, no a través de la bruma de su pasado arqueológico. La Grecia antigua no existe para él: por eso el decorado que evoca tiene tanta lozanía.
Nos promete para más adelante una segunda parte que pondría al descubierto, bajo un prisma todavía más burlón, la estupidez y futilidad de la existencia de los adultos, comparada con esa vida más rica y plena que es posible vivir junto a la culebra, el ciempiés y la pulga. Si es capaz de lograr otra obra maestra de humor, alegría y poesía, todos habremos ganado con ello. LAWRENCE DURREL
Una observación nos queda por hacer sobre la poesía de esta obra: su descripción de la isla de Corfú tal como era en aquella época es un modelo de agudeza en la observación y fidelidad en la composición. Para quien conozca Grecia, lo más notable es que el autor (a los doce años) la haya visto como realmente es, no a través de la bruma de su pasado arqueológico. La Grecia antigua no existe para él: por eso el decorado que evoca tiene tanta lozanía.
Nos promete para más adelante una segunda parte que pondría al descubierto, bajo un prisma todavía más burlón, la estupidez y futilidad de la existencia de los adultos, comparada con esa vida más rica y plena que es posible vivir junto a la culebra, el ciempiés y la pulga. Si es capaz de lograr otra obra maestra de humor, alegría y poesía, todos habremos ganado con ello. LAWRENCE DURREL
Lectora animada: Amaia