Todavía no habíamos cambiado de
año pero la despedida del 2012 fue a lo grande, por lo que estoy segura que el
2013 promete. El día 31 de diciembre de 2012, disfrutando del verdor de la
Sierra de Andújar en esta época del año con mis amigos valencianos, asiduos a
esta sierra, tuve la suerte de observar una cópula de lince ibérico (Lynx pardinus), algo no tan frecuente de
ver a pesar de la desesperada búsqueda por multitud de ojos de los naturalistas
a través de los oculares de sus prismáticos y teles.
año pero la despedida del 2012 fue a lo grande, por lo que estoy segura que el
2013 promete. El día 31 de diciembre de 2012, disfrutando del verdor de la
Sierra de Andújar en esta época del año con mis amigos valencianos, asiduos a
esta sierra, tuve la suerte de observar una cópula de lince ibérico (Lynx pardinus), algo no tan frecuente de
ver a pesar de la desesperada búsqueda por multitud de ojos de los naturalistas
a través de los oculares de sus prismáticos y teles.
Hacía más de un año que no
visitaba tierras linceras y la verdad que si no llega a ser por «la vista
de lince», nunca mejor dicho, de mi amiga Marta que lo divisó con su tele
nuevo, hubiera pasado desapercibido ante mis prismáticos porque estaban
demasiado lejos…es más, ella se tuvo que cerciorar antes de comunicarnos lo
que sus ojos estaban viendo, porque Andújar es lo que tiene, que dices la
palabra «lince» y se forma el revuelo.
visitaba tierras linceras y la verdad que si no llega a ser por «la vista
de lince», nunca mejor dicho, de mi amiga Marta que lo divisó con su tele
nuevo, hubiera pasado desapercibido ante mis prismáticos porque estaban
demasiado lejos…es más, ella se tuvo que cerciorar antes de comunicarnos lo
que sus ojos estaban viendo, porque Andújar es lo que tiene, que dices la
palabra «lince» y se forma el revuelo.
Pero la cosa no quedó ahí, y el
día 4 de enero algunos miembros de A.E.A El Bosque Animado (Adrián, Antonio y
la presente) nos dispusimos a disfrutar de una tarde campestre en busca del
lince, y el gatuno hizo aparición, pero ya a ultimísima hora cuando apenas
había luz, por lo que nos quedamos con ganas de mas y decidimos intentarlo de
nuevo el lunes 7 de enero. En esta ocasión el equipo lo formábamos Adrian,
Pablo y mi menda. Nos desplazamos de nuevo a la zona conocida como la Lancha,
dirección embalse del Jándula, lugar donde se está dejando ver y oír con
facilidad. Aún así, se hizo de rogar porque no fue hasta las 17:30 de la tarde
cuando nos dieron el aviso de que dos curvas más abajo de donde nos
encontrábamos lo estaban viendo, así es que allí que nos dirigimos y allí
estaba….el gatuno marcado con collarín blanco, lo que nos facilitaba su
localización, pero dudo mucho le ayuda a él a buscar pareja con semejante
atuendo. Al parecer se trata de
«Kaiser» («Dingo» para los técnicos del Life) un
lince que, por si fuera poco lo del collarín tan llamativo, se encuentra tuerto.
El caso es que, al igual que el que vimos la vez anterior, lo que me sorprende
es lo tranquilo y sereno que se encontraba, primero sentado, luego se tumbó y
después de unos minutos se levantó, comenzó a maullar y echó andar perdiéndose
ya entre la vegetación. Se ve que estos animales están ya acostumbrados al
ajetreo de coches, cámaras, prismáticos y demás, que les resultará extraño el
día que no haya presencia de viandantes merodeando con todo tipo de artilugios
ópticos entre sus manos.
día 4 de enero algunos miembros de A.E.A El Bosque Animado (Adrián, Antonio y
la presente) nos dispusimos a disfrutar de una tarde campestre en busca del
lince, y el gatuno hizo aparición, pero ya a ultimísima hora cuando apenas
había luz, por lo que nos quedamos con ganas de mas y decidimos intentarlo de
nuevo el lunes 7 de enero. En esta ocasión el equipo lo formábamos Adrian,
Pablo y mi menda. Nos desplazamos de nuevo a la zona conocida como la Lancha,
dirección embalse del Jándula, lugar donde se está dejando ver y oír con
facilidad. Aún así, se hizo de rogar porque no fue hasta las 17:30 de la tarde
cuando nos dieron el aviso de que dos curvas más abajo de donde nos
encontrábamos lo estaban viendo, así es que allí que nos dirigimos y allí
estaba….el gatuno marcado con collarín blanco, lo que nos facilitaba su
localización, pero dudo mucho le ayuda a él a buscar pareja con semejante
atuendo. Al parecer se trata de
«Kaiser» («Dingo» para los técnicos del Life) un
lince que, por si fuera poco lo del collarín tan llamativo, se encuentra tuerto.
El caso es que, al igual que el que vimos la vez anterior, lo que me sorprende
es lo tranquilo y sereno que se encontraba, primero sentado, luego se tumbó y
después de unos minutos se levantó, comenzó a maullar y echó andar perdiéndose
ya entre la vegetación. Se ve que estos animales están ya acostumbrados al
ajetreo de coches, cámaras, prismáticos y demás, que les resultará extraño el
día que no haya presencia de viandantes merodeando con todo tipo de artilugios
ópticos entre sus manos.
A continuación, os dejo con unas
palabras que nos dedica nuestro amigo y compañero Antonio José Dominguez
narrándonos su experiencia del día 4, a la cual ha titulado «Tarde
de linces»:
palabras que nos dedica nuestro amigo y compañero Antonio José Dominguez
narrándonos su experiencia del día 4, a la cual ha titulado «Tarde
de linces»:
«Hola, voy a
compartir mi día de campo, con los
amigos Irene y Adrián de la asociación el Bosque Animado, con todos vosotros
“bosqueteros”.
compartir mi día de campo, con los
amigos Irene y Adrián de la asociación el Bosque Animado, con todos vosotros
“bosqueteros”.
El viernes día 4 , salimos como “las balas” al termino de
nuestra jornada laboral en busca del lince, en la sierra de Andujar.
nuestra jornada laboral en busca del lince, en la sierra de Andujar.
Provistos del maravilloso equipo de observación de nuestra
querida asociación y de un pequeño picnic, pusimos rumbo a disfrutar de una
formidable media jornada campestre en Andujar.
querida asociación y de un pequeño picnic, pusimos rumbo a disfrutar de una
formidable media jornada campestre en Andujar.
El camino se hizo ameno con la charla y los nervios que te
da la ansiedad, pues nuestra amiga Irene, estuvo conversando con unos conocidos
que llevaban toda la semana al acecho del “gato clavo” y fue muy positiva para
ellos.
da la ansiedad, pues nuestra amiga Irene, estuvo conversando con unos conocidos
que llevaban toda la semana al acecho del “gato clavo” y fue muy positiva para
ellos.
Al llegar a Andujar, nos dispusimos en buscar cerca del
camino del embalse del río Jándula. Atravesar el corazón de la sierra de
Anduja, expectante con la aparición de algún lince ibérico, es en sí un
espectáculo de fauna y flora mediterránea, disfrutar del vuelo del buitre
negro, el canto de las perdices, la traviesa fugaz del jabalí.
camino del embalse del río Jándula. Atravesar el corazón de la sierra de
Anduja, expectante con la aparición de algún lince ibérico, es en sí un
espectáculo de fauna y flora mediterránea, disfrutar del vuelo del buitre
negro, el canto de las perdices, la traviesa fugaz del jabalí.
También nos recreamos observando la magnificencia de las
ganaderías del toro bravo.
ganaderías del toro bravo.
Ya metidos en nuestra tarea de observación del lince
ibérico, no fue toda lo fructífera de lo que deseamos, pero mientras llegaba el
esperado momento observamos un muladar donde nos recreamos con una bandada de
buitres negros. Vimos un majestuoso paso de una pequeña manada de gamos, el
gracioso cruzar de los conejos y el alegre canto de las perdices.
ibérico, no fue toda lo fructífera de lo que deseamos, pero mientras llegaba el
esperado momento observamos un muladar donde nos recreamos con una bandada de
buitres negros. Vimos un majestuoso paso de una pequeña manada de gamos, el
gracioso cruzar de los conejos y el alegre canto de las perdices.
Y a al final del día conseguimos nuestro anhelado objetivo,
en la concurrida carretera, otros observadores divisaron un ejemplar, estaba el
lince posado en una gruesa rama del un chaparro, estaba el felino tranquilo,
fue un momento fugaz, sumando la luz tenue del atardecer, no fue fácil su
visión, aun así conseguimos nuestro
objetivo marcado.
en la concurrida carretera, otros observadores divisaron un ejemplar, estaba el
lince posado en una gruesa rama del un chaparro, estaba el felino tranquilo,
fue un momento fugaz, sumando la luz tenue del atardecer, no fue fácil su
visión, aun así conseguimos nuestro
objetivo marcado.
Ya de vuelta tomamos un tentempié y rumbo a casa. Pero
disfrutamos de una maravillosa tarde de naturaleza, pura magia para el alma.»
disfrutamos de una maravillosa tarde de naturaleza, pura magia para el alma.»
El pasado domingo día 13 de enero, mientras algunos compañeros bosqueteros disfrutaban de una ruta por el río Bailón y la Cueva de los murciélagos (Zuheros), yo regresé de nuevo a la Sierra de Andújar en esta ocasión más por reencontrarme con un amigo (nuestro primer socio bosquetero afincado en la capital) que hacía 6 años que no nos veíamos, que por ver al lince, pero ya que una está allí pues no puede evitar mirar y tratar de buscar ese rostro felino en cada piedra, arbusto o matorral. Pero en esta ocasión no hubo suerte y lo sentí más por los madrileños que habían recorrido tantos kilómetros por el anhelado momento, que por mí, ya que yo disfruté una vez más del encanto de esa preciosa sierra en compañía de amigos.
Irene de Gabriel Ruiz
(La Secre)