¡¡¡Cómo me gustan los alcatraces!!!

Desde la primera vez que los vi en la costa malagueña hace ya varios años (2010), me fascinaron. Ese blanco impoluto, la forma de su cabeza y pico, adaptados perfectamente a soportar la presión que ejerce el agua cuando se lanzan en picado hacia el mar. Esa finura y elegancia de vuelo… esos vuelos migratorios en perfecta formación, a ras de mar…
En 2012 fuimos a visitar una colonia en Bretaña. Fue otro espectáculo que impregnó mi retina para siempre, Juntos pero no revueltos , miles de alcatraces se encargaban de su nido, algunos seguían en cortejo, los más avanzados ya tenían a sus pollos.
