Las propiedades medicinales del nenúfar son conocidas desde antiguo, tanto de la especie blanca como de la amarilla. Crónicas de galenos romanos proporcionan ya la dosis adecuada para obtener, de esta última, el ansiado estímulo del apetito sexual. No había líbido que no reaccionase debidamente ante la sustancia obtenida de la planta. Pero como siempre había quien abusaba, ahí entraba la blanca, encargada de atemperar y rebajar las desbocadas pasiones.
Sobre los nenúfares de los jardines de Cecilio Rodríguez, jardinero mayor, autor de la Rosaleda y de la Casa de Fieras, situados dentro de El Retiro, estos días prosperan los únicos anuros capaces de sobrevivir en tan limitados y concurridos espacios. Seguramente toman de tan estéticos vegetales, las necesarias porciones de paciencia con la que soportarnos. Astutas criaturas.
Feliz vuelta al cole, nenes.
Tx.