Una socia nos envia este interesante reportaje, que nos sirve para descubrir una faceta más de la biodiversidad. Las razas domésticas autóctonas son una herencia milenaria de los manejos tradicionales del campo que tienden hoy día a la desaparición. Gracias a la implicación de personas comprometidas y entusiastas, podemos conseguir preservar este legado.

 

Esta es nuestra finca «Los Linares Altos» incluida en la guía de agroturismo del alto guadalquivir, en la que tenemos gallinas autóctonas (sureñas con distintas capas: negra, gris y perdicera) solicitadas al centro de recuperación de razas de la diputación de Córdoba a través de «El bosque animado», disfrutan de un recinto de olivar ecológico de mas de 3000 m2 que comparten las 20 gallinas y 2 gallos con una pareja de gallinas de guinea, otra de pavos reales y 2 hembras y un macho de pavos rústicos, la zona incluye una parte de encinas y lentiscos y un gallinero que les sirve de refugio para la puesta y las perchas donde duermen.

Siempre me preguntan que por qué las razas autóctonas que ponen menos huevos, genéticamente es una riqueza que poseemos y que si miramos sólo a nivel productivo se perderian, es por esta carga genética que las gallinas son más exploradoras y más resistentes.

La alimentación consiste en pienso ecológico cuando se encuentra cerca (es complicado) y si no, la alternativa que más nos convence es de grano local que no incluya semillas transgénicas, así como lo que picotean del campo y los restos orgánicos de casa, la puesta está destinada al autoconsumo, teniendo en cuenta, algo que no consideramos cuando se compra en supermercados en los que el huevo siempre está disponible, que es un producto de temporada, la cantidad fluctua en el año.


En el reportaje de fotos incluyo las ovejas que tenemos en la finca, raza merina negra, también autóctona en peligro de extición que nos controlan la cubierta vegetal de los olivos a la vez que abona, por si alguien de la asociación nos quiere visitar que sepa que se va a encontrar.

(Ana Gavilán)