No siempre gusta madrugar. Y menos en verano. Y menos casi de vacaciones. Pero el caso del domingo pasado fue diferente. Sonó el despertador antes de lo que lo haría cualquier domingo (¿alguien pone el despertador en domingo?) pero esta vez no costó levantarse: Andarríos nos esperaba.
El pasado domingo 19 de Julio de 2009 celebramos la segunda salida del Programa Andarríos, en el cual nuestra Asociación participa este año por primera vez. Después de algunas vueltas y paseos a las orillas del Río Guadalquivir a su paso por Córdoba (nos cortaron el acceso por el cual entramos la otra vez, por aquello de construir un puente o no sé qué infraestructura más en nuestro río) por fin conseguimos acceder a la zona de estudio de nuestra Asociación. Eso sí, los coches parecían haber paseado por el desierto.
A pesar de quedar a primera hora de la mañana por aquello de aprovechar el fresquito matutino (suena irónico, en Julio, en Córdoba y fresquito), enseguida el sol decidió asomarse por el Guadalquivir y pronto tuvimos que escondernos bajo un árbol cercano a las orillas. Quizá el calor también sirvió de excusa para que alguno de nosotros se lanzara al agua con el pretexto de medir la profundidad.

Algunos de los voluntarios repetían la actividad ya que habían realizado a primera salida del programa por lo que fuimos bastante rápidos y eficaces. Orgullosa pensé en lo bien organizados que nos tenía la coordinadora del Programa (Irene), hasta que, el palo, el hilo y el voluntario fueron al agua. Pero todo controlado. El agua estaba limpia, teníamos camisetas de sobra y además, repito, hacía calor y no venía mal lanzarse al agua. Y de paso comprobamos que el olor del agua era “inodoro”… ¿o se dice inolora?

Igual una lupa no hubiera venido mal para la última parte de la actividad. Aunque siempre viene bien aprender nuevas técnicas de estudio, como aquellas de los prismáticos boca abajo efecto lupa. De paso, una silla de montar tampoco hubiera venido mal, ya que, para sorpresa de todos, a las orillas de nuestro río, en plena ciudad de Córdoba, además de cientos de aves es muy pero que muy fácil visualizar caballos. Y ellos visualizarnos a nosotros, o más bien a nuestra comida ten ten pié que intuyo les trajo hasta nosotros.
En tres horas terminamos. Y después viene lo bueno: la cervecita con los demás voluntarios. Esta vez me fue imposible, el deber me reclamaba, pero la próxima garantizo asistencia. Muchas gracias a todos por la implicación. La próxima salida se realizará dentro de unos tres meses, donde, además de a los habituales espero ver algunas caras nuevas. Avisados e invitados.

Beatriz Coladas Gutiérrez
Presidenta de la AEA EL BOSQUE ANIMADO